El triunfo de la razón |
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Durante mucho tiempo la fantasía mitológica bastó para explicar la naturaleza de las cosas. Pero hubo algunos que no se conformaron. Y así, en el siglo VI a.C., nació la filosofía, hija de la reflexión y de la razón |
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El eclipse de Tales La fama de sabio le vino a Tales de Mileto en primer lugar por sus estudios de astronomía; y particularmente por haber sido capaz de anunciar el eclipse solar que tuvo lugar en Jonia en el año 585 a.C. Para entender la enorme repercusión que la predicción tuvo entre sus contemporáneos, hay que ponerse en la mentalidad de la época y tener en cuenta el terror que provocaba que el Sol se "apagase" a deshora. Se sospecha que Tales logró vaticinar el eclipse gracias a sus contactos con Babilonia, donde los sacerdotes habían elaborado tablas astronómicas con los movimientos de los astros. Como pensador, se le considera uno de los fundadores de la filosofía, junto con Anaximandro y Anaxímenes, también nacidos en Mileto. |
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Aquiles y la tortuga
Zenón quería defender a su maestro Parménides de aquellos que se burlaban de él por haber negado la existencia del movimiento, y para ello elaboró un curioso argumento: "Supongamos que Parménides no tiene razón y el movimiento sí existe; entonces se deduce que Aquiles jamás alcanzará a una tortuga a la que hubiera dado una pequeña ventaja en una carrera. Porque cuando Aquiles llegue al punto donde estaba la tortuga, ésta ya se habrá movido a otro; y cuando llegue a éste, a otro, y así sucesivamente". Contestaban los que le escuchaban: "Eso es absurdo". "Si os parece así -replicaba-, lo mejor es negar el movimiento, como hacía mi maestro". Cuentan que, irritado por no hallar el modo de rebatir a Zenón, uno de sus oyentes se puso a caminar delante de él, exclamando en tono desafiante: "El movimiento se demuestra andando". |
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Diógenes, "el perro"
El filósofo más excéntrico de Grecia fue, sin duda, Diógenes, apodado "el perro". Contemporáneo de Aristóteles, pensaba que la felicidad consistía en ser libre, en no ser esclavo de nada ni de nadie. De ahí que se empeñara en vivir sin compromisos, carecer de ambiciones y despreciar las reglas y los convencionalismos sociales, hasta tal punto que dormía en un miserable tonel. Sabiendo de su reputación, Alejandro Magno quiso conocerle. Al verle, le dijo: "Pídeme lo que quieras". "Apártate, que me quitas el sol", fue la respuesta de Diógenes. Le gustaba escandalizar. Por eso acudía al estadio cuando todo el mundo salía."Para tener ocasión de dar codazos", decía. Llegaba incluso a masturbarse en público y, si alguien se lo recriminaba, contestaba: "¡Ojalá también pudiera quitarme el hambre rascándome la barriga!" Se comprende que le llamaran kión, (perro, en griego), de donde procede el adjetivo "cínico". |
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Los sofistas
Extraordinarios oradores de amplia cultura y gran erudición, los sofistas ejercían de maestros en retórica. Como las artes oratorias eran muy importantes en la vida política ateniense, obtuvieron gran éxito entre los jóvenes, que, además, veían en ellos un nuevo tipo de intelectual que se proclamaba escéptico y se mostraba crítico con los valores tradicionales atenienses. Cobraban una barbaridad por sus enseñanzas: se sabe que asistir a un curso de Protágoras costaba lo que un operario de los astilleros del Pireo ganaba en 20 años . Gorgias, el más engreído, se presentó en un teatro lleno de público y exclamó:"¡Preguntad!", como diciendo "lo sé todo". Finalmente fueron responsabilizados de la decadencia de Atenas, y a partir de entonces el nombre sofista -antes, sabio-, pasó a significar charlatán y embaucador. |
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El mito de la caverna Platón forjó una alegoría para condensar su filosofía: unos prisioneros están encadenados en el interior de una caverna, de espaldas a la entrada, contemplando las sombras de ciertas figurillas de madera con formas de plantas y animales que pasan por detrás de ellos y que un fuego encendido más atrás aún proyecta en el fondo de la cueva. Los prisioneros, que no han visto otra cosa en su vida, toman esas sombras por seres reales, hasta que uno de ellos se libera, sale al exterior y descubre el mundo iluminado por el sol. Cuando regresa para liberar a sus compañeros, éstos le toman por loco y acaban matándolo. ¿Qué significa todo esto? Los prisioneros somos los seres humanos, que vivimos engañados en un mundo de sombras. El que se libera es Sócrates, el filósofo, que descubre la realidad exterior, la verdadera, el mundo de las ideas, iluminado por el sol, que es la idea del bien, y al que los ciudadanos de Atenas pagan condenándole a muerte. |
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El incidente del oráculo de Delfos
En su juventud, Sócrates estuvo a punto de convertirse en un sofista más. Tenía todas las condiciones para ello: era culto, erudito, un gran orador.... pero una célebre anécdota lo evitará. Un amigo de Sócrates, llamado Querofonte, decide preguntar a las sacerdotisas del santuario de Delfos: "¿Quién es el más sabio de todos los atenienses?" El oráculo responde: "Sócrates". Cuando éste se entera, se queda perplejo y, para demostrar que el oráculo ha errado, se entrevista, uno tras otro, con todos los sabios en Atenas. Al final descubre que el oráculo tenía razón, porque ninguno de esos sabios oficiales sabe nada de verdad. Son tan ignorantes que desconocen hasta su propia ignorancia. Él, al menos, sabe una cosa: que nada sabe. "Sólo sé que no sé nada" -proclama-. En este sentido, en efecto, Sócrates resultó ser el más sabio. |
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